Aún siendo el torneo de los campeones del mundo, el campeonato argentino parece no tener rumbo, y las reglas del juego se manipulan cada vez más.

La última asamblea desarrollada en el Predio Lionel Andrés Messi dejó mucha tela para cortar. Más allá de la guerra que el presidente de la Nación, Javier Milei, le propuso a la AFA, resulta casi inexplicable la nueva regla que permite la presencia de 30 equipos en la Primera División.

En Fútbol y Transas se analizó la decadencia año a año de nuestro fútbol, que, a pesar de cambiar de dirigentes y conseguir títulos a nivel selección, lleva una década sin parar de empeorar. Desde 2014 hasta la actualidad, el torneo se ha caracterizado por agregar equipos, lo que le ha robado seriedad y parece que a nadie le interesa devolverle.

La gran pregunta es: ¿a quién beneficia todo este panorama? Algunos dicen que a los grandes, otros a los chicos. Parece que todos son beneficiados, o al menos nadie es perjudicado o quiere serlo, ya que en la votación a mano alzada, la quita de descensos fue aprobada por unanimidad. La única oposición fue la postura de Estudiantes y Talleres, quienes no estaban presentes en el acto.

Por todas estas razones y muchas más que no vienen al caso, el manejo de nuestro fútbol en los últimos años huele raro. Demuestra una mala gestión y un manejo a gusto y placer de temas que preocupan a todos los futboleros, pero a ellos poco le importa. Así, nadie tiene claro qué pasará en el fútbol argentino, y lo peor es que esto ya se ha vuelto una costumbre.