El escándalo arrancó cuando un grupo de hinchas explotó contra los familiares de Braian Romero, Elías Gómez y Santiago Cáseres. Desde insultos hasta empujones, el clima se calentó rápido y los jugadores, frustrados por la derrota, decidieron meterse para proteger a los suyos. No fue suficiente para calmar los ánimos, y el caos continuó escalando.
Hasta el presidente del club, Fabián Berlanga, se metió a tratar de poner orden, pero terminó empujado y rodó por los escalones de la tribuna. Por suerte, no sufrió lesiones graves, pero el papelón ya estaba consumado.
La derrota no solo dejó a Vélez sin Copa Argentina y sin el pase a la Libertadores, sino que también marcó una fractura más en la relación entre los jugadores y los hinchas. El vestuario terminó con un clima de frustración y caras largas, mientras el equipo intentaba reponerse para la definición de la Liga ante Huracán el próximo domingo.