“Tener a Maradona en la mira era una incomodidad”, contó. “Era el mejor jugador del mundo y hacerle un antidoping era como poner en duda lo que más representaba a Argentina en el exterior”, revelando lo que generaba el 10 como la figura argentina más reconocida en el mundo en ese momento.
Además, recordó cómo se realizaba el antidoping en Primera: “Había un bolillero y de ahí sacábamos quiénes iban a controlarse, se les daba un frasco grande y permanecía el médico a su lado hasta que finalizara la muestra. Después el médico vertía el precipitado de los frascos e iba con eso al CENARD donde se realizaba el análisis.”
Por otra parte, comentó quiénes eran los jugadores que accedían y quiénes se resistían: “A Gatti le daba lo mismo, pero tipos como el Huevo Toresani o Mac Allister se fastidiaban si les tocaba”, contó.
Por último, marcó su postura sobre la falta de controles en el fútbol argentino actual: “Ojalá que vuelva, depende de la decisión política, porque hoy, si fuera por un tema de costos, que la liga de los campeones del mundo no lo tenga me parece algo anómalo.”, finalizó.