Sobre Carlos Bianchi en Boca
“Yo estaba en Boca, ya había empezado a tocar y a él no le gustaba ni un poco. Un día estoy elongando en el piso y Bianchi estaba agachado. Él lo conocía al Zorrito (Von Quintiero), yo era socio de un bar del Zorro, y me dice: “¿Cuánto puede ganar por recital el Zorrito?”, como diciendo ‘¿a qué te queres dedicar boludo?'”.
Sobre Bielsa en Vélez
“Yo estaba en Italia y me quería volver. En Vélez estaba Bielsa y yo hablaba con los chicos y me decían: “Vos estás loco, te vas a pelear todos los días. Te vuelve loco, no vuelvas”, volví por suerte y dicho y hecho. A la semana se fue Chilavert enojado de un entrenamiento. Pero la gran mayoría lo tenemos en un pedestal, con Bianchi también”.
“Me acuerdo que una vez termina un partido con River en el que yo tuve que marcar a Astrada. Por primera vez en mi vida de las veces que jugué contra River me había pasado eso. Para mí había jugado mal y terminé el partido medio fastidioso, me lo pasé corriéndolo a Astrada. Y al otro día me agarró y me dijo: “Usted está equivocado. Usted hizo un gran partido, hizo todo lo que yo le pedí”, y me empezó a mostrar. Yo estaba infeliz porque con la pelota en los pies no había hecho nada”.
“Es un tipo que sabe pedir disculpas. Si le pegaba un grito a alguien después le pedía disculpas adelante de todos. Lo que pasó en Uruguay es rarísimo. Me sorprendió que Suárez salga a hablarlo públicamente, después no me sorprendió otra cosa porque a todos los clubes donde llega genera conflicto porque es muy exigente y es incorruptible: no importa que seas Chilavert, si está mejor De La Fuente va a atajar De La Fuente”.
Su paso por la Selección
“Fue en el 99, creo que justo los que tenían que estar no estaban. (Bielsa) citó a los del tercer escalón. Para mi fue un sueño, sorpresivo pero no la citación, sino jugar yo en lugar de Aimar, eso son locuras de Bielsa. Fue un sueño cumplido”.
La previa del Boca campeón de la Intercontinental
“Era un plantel hermoso, pero había una tensión entre un grupo y el otro que venía de meses. En un entrenamiento en Japón hubo un chisporrotazo entre dos jugadores y al otro día Bianchi hizo una charla en la que bajó a todos a tierra, muchos nos emocionamos y terminamos llorando. Salimos del entrenamiento ese y parecía que no había pasado absolutamente nada. Y al otro día la rompieron toda”.