Luego del papelón de un equipo de River que le falló a su gente, debemos buscar a los máximos responsables de una serie que quedará en el recuerdo durante un largo tiempo.

La derrota ante Mineiro dejó expuestas las carencias de River y abrió la puerta a una pregunta inevitable: ¿quién es el culpable de esto? Los jugadores son los primeros en la fila de responsables; la falta de jerarquía en un partido tan importante fue notoria, más allá de tener a tres campeones del mundo. Jugadores como Borja, Kranevitter, Pezzella, entre otros, quienes deberían haber tomado la posta y no lo hicieron.

Sin embargo, no toda la culpa recae en los que entran a la cancha. Los dirigentes también tienen su parte. Desde que se fue Gallardo la primera vez, la gestión de Brito junto a Patanian a cargo del fútbol no ha logrado encontrarle la vuelta a un equipo que, a pesar de contar con recursos, no ha sabido armar un plantel competitivo para la Copa Libertadores.

Por último, Gallardo, aunque ídolo y figura indiscutida, no es ajeno a las críticas. Regresó con la misión de salvar a River y llevarlo a la gloria, pero quedó corto. Aunque su presencia fue un impulso anímico, River no pudo sostenerlo en el campo. Apostó todo a la mística y se encontró con un equipo sin el carácter que supo tener en épocas doradas. Su vuelta, que prometía ser el salvavidas, se quedó en un gesto simbólico que esta vez no alcanzó para revertir una serie cuesta arriba.

Así, el papelón de River en la Copa Libertadores deja en claro que los problemas vienen de adentro y que la responsabilidad es compartida. Los jugadores que no estuvieron a la altura, los dirigentes que fallaron en sus decisiones, y un Gallardo que esta vez no logró el milagro, todos tienen su cuota en el fracaso.