Como ya es costumbre, los hinchas de Racing se llevaron una sorpresita en Brasil. Nuevamente, la policía se convirtió en protagonista al embarrar la cancha a minutos del inicio de la semifinal de la Copa Sudamericana contra Corinthians. En un acto de abuso de autoridad total, los efectivos de seguridad decidieron retener a los micros que transportaban a cientos de hinchas, retrasando su ingreso al estadio.
Alrededor de 25 colectivos fueron revisados uno por uno en Pacaembú, tratando de mala manera a los argentinos. Esta situación se volvió difícil para los hinchas académicos, que debieron demorarse y entrar al estadio con el partido ya comenzado, perdiéndose los primeros minutos y hasta el gol de Maxi Salas a los 6′.
Mientras tanto, la Conmebol sigue mirando para otro lado, haciendo oídos sordos a las constantes injusticias que padecen los hinchas en este país. Ya le ha pasado a Argentinos Juniors, Boca en su recordada final ante Fluminense, San Lorenzo, River, y hasta a los uruguayos de Peñarol en su encuentro de ayer con Botafogo. Hoy, desgraciadamente, le tocó a Racing, que llegó a San Pablo esperando disfrutar de una semifinal y terminó atrapado en un operativo montado intencionalmente.